Anécdota en clase universitaria
Me permito rememorar una anécdota que viví allá por el año 2008 en un salón de clase de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Nacional de Cajamarca, mi alma mater.
Uno de nuestros docentes nos había dejado un trabajo grupal con la correspondiente exposición. En dicha oportunidad, conformé grupo con otros cinco compañeros/as, una de ellas fue nuestra buena amiga Elena, quien padece de invidencia.
El docente en mención fue muy rígido en las exposiciones que sustentaba cada grupo, por lo que rechazaba que los expositores leyeran sus apuntes.
Llegó el turno de nuestra querida colega Elenita, quien, en un momento de la exposición comenzó a leer en braille sus correspondientes apuntes -el docente se había percatado de ello al notar los prolijos y disimulados movimientos que ella hacia con las manos-, y repentinamente increpó a la expositora: "Elena, sin leer por favor", generando las carcajadas del auditorio.