Agua sí, oro no

02.03.2018

Asomaba el año 2011 y la discusión sobre la inviabilidad del Proyecto Minero Conga -cuyo ámbito de influencia comprendía directamente a las provincias de Cajamarca, Celendín y Hualgayoc- fue el conflicto ambiental más grande que había en Cajamarca.

Mis paisanos cajamarquinos, sobretodo, son testigos de los diversos enfrentamientos suscitados entre las fuerzas del orden y quienes defendían de forma radical la inviolabilidad y cancelación de dicho proyecto. Algunos de esos eventos incluso enlutaron a algunas familias.

En pleno apogeo del conflicto, en la ciudad de Cajamarca, específicamente en la Plazuela Bolognesi se habían agazapado día tras día, noche tras noche, un considerable grupo de protestantes, lugar en el que se perifoneaba constantemente el discurso proambientalista, y se pregonaban y hasta cantaban arengas. Se había impedido el libre tránsito por las calles que conectaban dicha plazoleta, generando el malestar de las autoridades, por lo que pronto se envió a un considerable contingente policial para acallar los efectos de la medida tomada y coadyuvar a la seguridad ciudadana.

Poco antes que la policía contrarreste a los protestantes con el uso de armas de fuego y gas pimienta, recuerdo que una noche, un grupo de personas que formaba parte de la movilización, se habían conglomerado a los alrededores de la Plazuela Bolognesi, y empezaron a gritar "agua sí, oro no". Pronto, unos sorbos de cañazo para contrarrestar el frío, y motivados por la confluencia de la causa común ambientalista, se unió a dicha proclamación la tonada de una quena, luego de un tambor, y más rápido que volando, acompañó un clarinero. Así fue como la arenga se convirtió en melodía, que sonaba al ritmo musical propio de la danza de los chunchos, originaria de esta tierra. Fue tal el furor de los concurrentes, que cantaron aquella tonadita "Agua sí, oro no" durante horas; la misma que posteriormente motivó que el grupo musical cajamarquino Tinkari la hiciera canción, le pusiera una letra más completa y tocara a todo pulmón sobretodo en tiempo de carnaval.

"El oro de mis lagunas (bis)

ya lo quieren explotar

(…)."

Así es como reza parte de la letra de tan pegajosa canción.

Letras y melodías aparte, el problema sobre la viabilidad de Conga aún no ha sido resuelto, esperemos que la solución a la que se arribe sea la más armoniosa posible y beneficie a todos los sectores, respetando siempre el marco constitucional y legal.

Por lo pronto esperemos que no se repitan los enfrentamientos armados y menos aún, pérdidas que lamentar. 

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