Inalcanzable elixir
15.02.2016
Desde arriba escuché una voz que decía
que la esperanza no se acabaría,
la luna me dijo ¡duerme!,
que un sueño no te mentiría;
las estrellas susurraron
que con tan solo mirarlas
nada imposible sería;
mas el viento sopló fuerte un día,
se llevó mis sueños y anhelos
musitando que nunca me los devolvería.
Nuevamente desde arriba,
oí que mientras haya vida,
la esperanza prevalecerá.
Inesperadamente saboreé un día
lo tierno y dulce del sueño que se me cumplía,
luego sentí el sabor amargo
del dolor que poco a poco
me consumía.
La música me ofreció refugio,
¡siente mi dulce compañía!,
pero con el corazón desangrado,
la melodía sonaba
a
melancolía.