Mi afición por la Numismática

Cuando era niño recuerdo que mi padre guardaba en su antiguo maletín James Bond, una modesta colección de billetes antiguos emitidos en nuestro país, entre "soles de oro" e "intis", de aquellos en los cuales venían los rostros de personajes como Túpac Amaru II, Francisco Bolognesi, Miguel Grau, Ricardo Palma, entre otros. Notafilia es como se le conoce al arte de coleccionar billetes en el ámbito numismático.

Hasta hace poco más de cuatro años, no mostraba mucha importancia a ello, y quizás mi afición por la Numismática en general no surgía ni someramente.

Fue en enero del año dos mil catorce cuando despertó mi interés y curiosidad por adentrarme en esta disciplina. Y sucedió con una anécdota peculiar. Mientras me encontraba haciendo un tour en el Convento de Santo Domingo de la ciudad del Cusco, vi que una lugareña estaba vendiendo monedas que hasta ese momento para mí resultaban desconocidas, observé de forma directa y por primera vez algunas monedas del "sol de oro". Inmediatamente me dispuse a pagar la suma de dinero que pedía por un total de ocho monedas, las cuales se encontraban adheridas a una tira de cinta de embalaje.

Gracias a esa compra, tuve en mi poder mis primeras monedas de los años setenta y ochenta del siglo pasado.

A mi regreso a Cajamarca me dispuse a indagar respecto a la historia de las monedas que había adquirido, y es allí cuando advertí la gran variedad de monedas antiguas que podría incluir a mi -hasta esa época- ínfima colección.

Aún conservo los billetes antiguos cedidos por mi padre; pero sin duda, mi pasión se centra en la colección de monedas.