Mi paso por DAMFO
Hubo un tiempo en mi época de universitario que asistí a los ensayos del grupo de danzas folclóricas de la Universidad Nacional de Cajamarca, llamado DAMFO.
En dicho grupo aprendí a mejorar mi técnica de danza. Si bien no formé parte del elenco principal, sí participé en algunas presentaciones oficiales a las cuales el grupo era invitado.
Recuerdo haber bailado huaylarsh en dos oportunidades, una en el patio del Colegio Dos de Mayo, y otra vez en el Centro de Convenciones Ollanta. La presentación en el colegio fue para mí de lo más anecdótica. Momentos previos a la presentación el coreógrafo nos repartió la vestimenta y a mí me tocó usar un pantalón sumamente ceñido. Al momento de la presentación me inquietaba el hecho que pudiera descoserse, puesto que los movimientos de dicha danza exigen mucha fuerza en las piernas, pues se efectúan saltos y constantes zapateos. Para suerte mía, nada risible ocurrió y la presentación fue exitosa.
Otra de las danzas que ensayamos y que plasmamos en algunas presentaciones fue la danza del wititi, danza originaria del valle del Colca en el departamento de Arequipa, declarada como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en el año 2015. Este baile popular tradicional reviste la forma de un ritual amoroso y es interpretada por los jóvenes principalmente en las festividades religiosas. El distrito de Matara fue testigo de una de nuestras presentaciones, efectuada al interior del estadio municipal.
También ensayamos arduamente la danza de los "buitres de Matara", danza típica del distrito del mismo nombre y que se ejecuta en festividades de índole religioso.
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En una oportunidad el elenco realizó un viaje a la ciudad de Cajabamba para realizar una presentación en el coliseo municipal. Entre otras danzas ejecutadas, yo participé en la presentación de landó, una danza de origen afroperuano. Luego de la presentación y antes de emprender el retorno a la ciudad de Cajamarca, departimos un buen rato uno que otro trago en la plazuela La Alameda de la bella Gloriabamba de Bolívar.
Si bien no tuve continuidad en el grupo de danzas, dedicando solo tres semestres de mi vida a los ensayos y presentaciones; sin embargo, puedo decir que me significó una experiencia muy grata pues atesoro los momentos vividos, aquellos ensayos y presentaciones, y además las reuniones sociales con los colegas.
