Reseña sobre la obra “En busca de un mundo mejor” de Karl Popper

Esta edición del ya fenecido autor Karl Popper, recoge -principalmente- algunos ensayos y conferencias ofrecidas por dicho autor a lo largo de su carrera como filósofo partidario del racionalismo.

Así, las ideas principales de este compendio, a mi modo de entender, son las siguientes:

1.- Sobre la Concepción Modernista de la teoría Darwiniana de la Selección Natural.-

El autor nos ofrece una concepción modernista de la teoría Darwiniana de la selección natural. Darwin intentaba demostrar que el aumento de la población, unido a la escasez de alimentos, daría lugar a una cruel competencia entre los miembros de dicha población, la cual generaría la selección y supervivencia de los más fuertes, trayendo consigo la nefasta aniquilación de los más débiles. Popper reorienta dicha teoría, en el sentido que las especies más débiles que pretendan extender su libertad, si bien se encuentran inmersas en una ardua competencia, en ésta surgen procesos que facilitan el descubrimiento de nuevas formas y posibilidades de vida y la construcción de nuevos nichos ecológicos. De este análisis, el mismo autor señala que la tradicional concepción darwinista de la teoría de la selección natural resulta pesimista, en el sentido que la competencia limita la libertad (de los más débiles); en cambio, la que él propugna, es optimista, puesto que favorece la extensión de la libertad, esto es, de los no tan fuertes, quienes ante la competencia surgida, tengan que buscar nuevos nichos ecológicos y de esa forma extender su marco de supervivencia hacia otros ambientes.

2.- Sobre la sabiduría y los líderes políticos.-

Otro aporte importante del autor viene a ser el análisis que realiza respecto a la calidad de los líderes políticos. Así, extrae el pensamiento de dos autores griegos de la edad antigua, Sócrates y Platón. Ambos filósofos, exigen al político la sabiduría, no obstante, para Sócrates significa que el político debe ser perfectamente consciente del límite de su conocimiento, es decir, debe tener siempre presente su indiscutible ignorancia, esto es, un llamado a reconocer lo poco que sabe (idea de modestia intelectual). Por otro lado, para Platón, la demanda de sabiduría en el político, exige que quien ejerce un cargo de esa naturaleza, sea sabio, es decir, quien gobierne, debe ser sabio; sólo el erudito es capaz de gobernar.

3.- Sobre el conocimiento y el error.-

Popper, citando en reiteradas oportunidades a Sócrates, señala que aún en la actualidad, uno de los principales planteamientos del filósofo griego prevalecen, me refiero a la concepción socrática siguiente: "sé que no sé casi nada - ¡y apenas eso!". Esta idea recoge la susceptibilidad del hombre, especialmente del científico, de cometer errores (de equivocarse), y por tanto no saber nada o saber muy poco; ¡modestia intelectual! Sólo de esta forma, reconociendo que podemos equivocarnos, podemos lograr una mayor aproximación a la verdad. No obstante, el camino para ello no resulta una tarea de fácil ejecución, pero puede decirse que parte del error, del reconocimiento que podemos aprender de nuestros errores, el deber de buscarlos, y de apreciar los errores de los demás como escalones hacia la búsqueda del mejor conocimiento y no limitarnos a criticar dichos errores. Así, debemos poner en práctica el hecho de criticar tanto nuestras propias ideas tenidas por preferidas, como las propias de los demás a las cuales nos oponemos. Solo de esa forma, podremos liberarnos de nuestros errores.

4.- Sobre la concepción clásica del conocimiento, y del conocimiento por conjetura.-

El aporte principal de Popper -a mi modesto parecer-, es que la concepción del conocimiento en el sentido clásico -entendido como el conocimiento seguro y certero- ha quedado desfasada en la actualidad, puesto que ningún tipo de conocimiento es cien por ciento seguro; la certeza es inalcanzable. Nuestra búsqueda de encontrar la verdad de las cosas es obra y producto de nuestro intelecto y estudio, nunca podemos estar seguros de haber alcanzado la verdad irrefutable, puesto que lo único que hacemos y tenemos es conocimiento por conjetura; las teorías científicas que han tenido éxito son sólo producto de meras hipótesis. Puede que, en efecto, surjan hipótesis científicas contrarias, no obstante, la forma y método a fin de conocer cuál de ellas es mejor que la otra es el siguiente: Primero, la nueva hipótesis debe explicar todas las cosas que explicaba con éxito la hipótesis antigua; segundo: la nueva hipótesis debe evitar como mínimo algunos de los errores de la anterior teoría; y por último, deberá explicar las cosas que no logró explicar o predecir la antigua hipótesis. Una vez que la nueva teoría haya pasado estos filtros -por así decirlo- podrá decirse que ésta es una mejor teoría científica, y por ende, una que mejor se aproxime a la verdad.

Esta teoría se ve reflejada de las ideas del griego Jenófanes, quien, hacia el año 500 a.c. fue consciente que lo que denominamos conocimiento no es más que conjetura y opinión. Por esta razón, Popper niega la teoría que el conocimiento empieza de la nada -de la tábula o tabla rasa- ni tampoco de la observación, sino que se obtiene de la modificación y corrección del conocimiento anterior.

5.- Sobre la configuración de la realidad.-

Otra idea que me permito recoger de esta obra, es aquella sobre la configuración de la realidad. Popper señala que existen tres clases de mundos: el Mundo 1, que es el que está compuesto por los cuerpos de la tierra, tanto animados como inanimados (mundo material), también llamado el mundo de los estados físicos; el mundo 2, que se refiere al de las experiencias y acontecimientos mentales, específicamente de los seres humanos; y por último, el mundo 3, entendido como aquel de los productos objetivos de la mente humana, tales como libros, sinfonías, obras escultóricas, zapatos, ordenadores, etc. (es decir, todas las invenciones humanas, ya sean tangibles o intangibles). Estos tres mundos -necesariamente- se relacionan y actúan mutuamente.

6.- Sobre la revolución democrática ateniense.-

Popper desarrolla el tema de la revolución democrática, la cual -en opinión del autor- tuvo su nacimiento y auge en la cultura griega. Así, señalaba que el pensamiento ateniense sobre la materia consistía: "en que en una democracia nadie es insustituible y por mucho que admiremos el liderazgo, hemos de ser capaces de hacerlo sin ningún líder particular; de lo contrario puede convertirse en nuestro amo, y la principal tarea de la democracia consiste en evitarlo"[1]. Popper desarrolla un hecho histórico significativo, ocurrido en el corazón de la cultura antigua griega, que permitió el logro de la revolución democrática ateniense. Este hecho histórico (recogido de la obra Apología de Platón) es el siguiente: En el año 399 antes de Cristo, había en Atenas un próspero mercado de libros, uno en el que se vendían libros antiguos con regularidad, los cuales eran adquiridos a bajo precio. Pues bien, el autor se pregunta ¿Cuándo y cómo pudo haber surgido semejante mercado? La respuesta a dicho interrogante -señala- se debe a que Prisístato (el emperador en esa época), encargó la transcripción de las obras del popular Homero, costeando la reproducción y distribución de sus obras. Esta popularidad de los libros de Homero propició la aparición de otros editores, y considerando que en esa época comenzó la exportación de papiro desde Egipto hacia Grecia, se popularizó y generalizó la edición e impresión de poemas escritos por otros poetas, además de tragedias y comedias. En Atenas, la publicación se convirtió en práctica. Luego de ello, se creó un mercado de libro, en el cual, como ya se dijo, los libros eran adquiridos a bajo precio, por lo que los atenienses de menor nivel económico tuvieron acceso a ellos. Esta situación permitió que muchos aprendieran a escribir y a leer, en otros términos, a culturizarse, lo que generó a la postre, que las personas se inclinen por el debate, la discusión, la crítica, el intercambio de ideas y opiniones. Así, fue como se propició el milagro ateniense, el nacimiento de la democracia.

7.- Sobre el choque cultural.-

A efectos de lograr un mundo mejor, Popper desarrolla la importancia del choque cultural, y mas aún, del respeto de los usos y costumbres foráneos, es decir, de las personas que forman parte de otras culturas, los cuales distan incluso en una misma nación. Pero esta idea no se queda allí, sino que esto trae como contrapartida aprender a criticar las cosas que nosotros mismos damos por sentadas.

8.- Sobre el lenguaje científico y el pensamiento de la Ilustración.-

Popper se convierte en un partidario del pensamiento actual que propugna que el científico no debe usar un lenguaje sumamente difícil, sino que debe usar uno claro y sencillo. Así como también se considera un seguidor del pensamiento de la Ilustración. Pero, ¿qué se entiende por Ilustración?. Para responder ello, cita a Inmanuel Kant: "La Ilustración es la liberación del hombre de su culpable incapacidad. La incapacidad significa la imposibilidad de servirse de su propia inteligencia sin la guía del otro. Esta incapacidad es culpable porque su causa no reside en la falta de inteligencia, sino en la falta de decisión y valor para servirse por sí de ella sin la tutela de otro. Sapere aude! ¡Ten el valor de servirte de tu propia razón! He aquí el lema de la Ilustración"[2]. Esta idea está plasmada en su teoría de la auto-liberación por el conocimiento.

9.- Sobre la idea de la historia y el progreso.---

La idea de historia de Popper es que no necesariamente conforme los años transcurren, se tiene que la humanidad va progresando. Es decir, no se trata de una cadena de acontecimientos históricos que conlleven al eventual progreso de las sociedades (pauta), puesto que la historia misma ha demostrado que se desarrolla en base a la acción de lo contingente y lo imprevisto. Ejemplos históricos abundan, tales como guerras, luchas políticas, intolerancia, etc.

Señala además que los intelectuales tienen un deber moral enorme en el mundo, puesto que a lo largo de la historia, muchos de éstos han causado horribles males a la humanidad. Por ejemplo, los asesinatos en masa y exterminios se dieron en nombre de la idea, la doctrina, la teoría o la religión de alguien, la de un intelectual, quien tuvo la capacidad de convencer y persuadir a gente, para implantar y ejecutar su forma de pensar.

10.- Sobre los principios éticos y epistemológicos de la ciencia.-

Finalizo este ensayo señalando que para el autor, los siguientes tres principios éticos constituyen la base de la ciencia: 1) El principio de falibilidad, el cual implica aceptar la idea de que quizá estemos equivocados al plantear una teoría y aceptar también que puede que otro tenga razón; 2) El principio de discusión racional, que consiste en intentar sopesar las razones a favor y en contra de una teoría y 3) El principio de aproximación a la verdad, que consiste en la realización de una discusión evitando los ataques personales. Así, estos tres principios son tanto epistemológicos como éticos, puesto que aceptan la tolerancia; por lo que en una discusión sobre un tema científico, uno debe esperar aprender del otro y viceversa, en interés de la verdad; ello conduce además hacia una actitud de auto-crítica, dado que la discusión o intercambio de opiniones puede coadyuvar a arrojar luz sobre algunos de nuestros propios errores. Esto se demuestra con frecuencia, cuando necesitamos que alguien nos haga ver nuestros errores.

El hecho de no aceptar que podemos errar proviene de la antigua ética profesional aplicada a la ciencia, la cual además, es intolerante, puesto que si encubrimos los errores, el fin irreversible es proteger siempre a la autoridad de la que emanan, lo cual conduce a encubrir actos inhumanos y contrarios a los derechos humanos.

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[1]POPPER, Karl. En Busca de un mundo mejor. 1° Edición, Ediciones Paidós Ibérica S.A., Mariano Cubí, 92-08021 Barcelona y Editorial Paidós. Buenos Aires. 1994. p. 148.

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[2]Ibídem. p. 167. Cit. Por traducción de E. Imaz, en I.Kant, Filosofía de la Historia, Madrid, 1981, p. 1. or.: Was ist Aufklarung? (1785); WWC, IV, p. 169