Sobre los líderes políticos
Recordaba la lectura que hace algunos años hice de la obra "En busca de un mundo mejor" del austriaco Karl Popper, respecto al análisis que realiza sobre la calidad de los líderes políticos. El autor en mención extrae el pensamiento de dos autores griegos de la edad antigua, Sócrates y Platón. Ambos filósofos exigen al político la sabiduría, no obstante, para Sócrates significa que el político debe ser perfectamente consciente del límite de su conocimiento, es decir, debe tener siempre presente su indiscutible ignorancia, esto es, un llamado a reconocer lo poco que sabe (idea de modestia intelectual). Por otro lado, para Platón, la demanda de sabiduría en el político, exige que quien ejerce un cargo de esa naturaleza, sea sabio; sólo el erudito es capaz de gobernar. Como podemos notar, Platón se inclina por una postura elitista respecto a quién debe gobernar.
Me pregunto si los líderes políticos de nuestro país poseen esa calidad que ambas posturas -de manera diferente- exigen. ¿Son nuestros líderes políticos sabios? Es una verdad de Perogrullo que no tenemos una élite gobernante, pues quienes acceden al poder, no lo hacen necesariamente por su sabiduría o erudición.
Por otro lado, creo que en nuestra realidad cobra vigencia -sólo en parte- la postura socrática, que propugna que la exigencia de sabiduría no debe ser una condición sine qua non para que alguien sea capaz de gobernar; no obstante ¿realmente nuestros líderes políticos reconocen sus límites y errores, aprenden de estos últimos y buscan mejorar, practicando de esta forma la llamada modestia intelectual? Me atrevo a decir que la respuesta es negativa.
Popper nos enseñaba que si somos conscientes de nuestra ignorancia y reconocemos que podemos equivocarnos, ya estaremos dando el primer paso para lograr avanzar como sociedad, pues sólo si sabemos identificar nuestros errores, aprender de ellos y dirigir nuestro actuar en busca de un cambio positivo, podremos poco a poco salir de ese "estado de ignorancia" y mejorar como personas y como sociedad.
En fin, la reflexión al respecto, apremia