Un recordado profesor de Historia

Recibí una buena enseñanza en el colegio marista donde estudié la secundaria, Cristo Rey de la ciudad de Cajamarca.

Evocaré en estas líneas al profesor de Historia que nos enseñó dicha materia desde segundo año de media, Hermógenes Ramírez Campos.

Recuerdo algo muy anecdótico de su enseñanza. El primer día de clases con él, fijó la primera tarea del año académico y que sería materia de evaluación al finalizar cada bimestre. El trabajo consistía en elaborar un cuadro comparativo que implicaba consignar veinte sucesos históricos correspondientes a Historia del Perú (primer rubro) y otros veinte referentes a Historia Universal (segundo rubro), debiendo señalar diez para cada una de las edades (Edad Antigua, Edad Media, Edad Moderna y Edad Contemporánea). En este sentido, cada acontecimiento debía registra el año de su ocurrencia, el cual debía coincidir para ambos rubros.

El plazo para completar la tarea fue razonable (dos meses), pues no siempre era fácil ubicar hechos históricos acaecidos en el mismo año tanto en el Perú como en las demás zonas del planeta. En ese tiempo, para el cumplimiento de la tarea, había que revisar una considerable cantidad de bibliografía, como enciclopedias, libros de cultura general, revistas, ediciones especiales, entre otros. Además, en aquellos años, el Internet no era del todo asequible dado su reciente auge masivo en nuestro país, lo que dificultaba la rápida búsqueda de los acontecimientos.

El cumplimiento de dicha tarea sería revisado al finalizar el primer bimestre del año, y además de ello, otro rubro importante de la calificación consistía en exponer sobre alguno de esos acontecimientos; así, el día de la presentación del trabajo, el docente elegía al azar cualquiera de los sucesos históricos, y frente a toda la clase, pedía al alumno que exponga un resumen acerca del tema. Por obvias razones, para rendir el examen había que repasar los cuarenta hechos, que implicaba una preparación y estudio considerables para lograr una exposición aceptable al respecto.

Si bien la tarea resultaba hasta cierto punto preocupante y estresante, considero que esa metodología planteada por el profesor Hermógenes era muy acertada, pues promovía una vasta lectura sobre temas históricos, y, en definitiva, ello ayudaba a nutrir el bagaje cultural en los estudiantes.

(...)

Por otro lado, cómo no evocar al profesor Hermógenes en lo que concierne a aquellas frases pícaras que profería en las aulas cuando advertía el relajo de ciertos alumnos o cuando algunos denotaban un animus infrigendi al intentar copiar a los compañeros en momentos de los exámenes escritos; aquellas inolvidables locuciones como: "Cuidado, jóvenes, si siguen así les voy a aplicar La reguladora, o el Pa ti' es poco" o "Atrás; los estoy viendo; hay dos patitas; cuidado, ya saben", han quedado perennizadas en mi mente y recuerdo las anécdotas que les dieron vida con positiva nostalgia.